Por más alcohol y crema de rosas, el uñero no sanaba. Le dijeron que la saliva del gato lo sanaría, pero al primer lengüetazo la piel se desprendió en un hilo que el gato aprovechó para halar hasta convertir a la mujer en una pila de nerviosos hilos.
Malvadisco
12 de August de 2018 / 04:59
Desenredada 12 de August de 2018 / 04:59
Malvadisco
taller día 11 13 de August de 2018 / 16:32
carlos bortoni
 

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