La pobre criatura esta encadenada del cuello a un pesado bloque de cemento sumergido en medio de la empalizada. Para nadar con ella, los pescadores, cobran cien dólares. Los únicos que pueden pagar eso son los turistas americanos; rubios pecosos que dicen amar las emociones fuertes. Claro que ellos no saben que le han arrancado los filosos dientes para que no muerda y también la lengua para que no cante la sirena.
Black Dot
09 de August de 2018 / 13:24
Atracción turistica 09 de August de 2018 / 13:24
Black Dot
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.