Es un honor y privilegio estar al frente de la Marina a partir de este mes de agosto. Por temas de trabajo estuve alejado un tiempo de la Marina, y debo confesar que me encuentro abrumado y muy orgulloso del estupendo trabajo que han hecho Elisa de Armas, Mónica Brasca y Lola Díaz. Han dejado muy en alto los estándares de trabajo, y no me queda más que ponerme a la altura. En particular, quiero reconocer el magnífico trabajo de Elisa por recuperar la memoria de la querida Ficticia a través del ArcaFicticia. Es una tarea titánica, que ha legado una colección invaluable de historias mínimas. Muchas, muchas gracias Elisa. :)

Ficticia es un lugar muy especial para mí. Debo ser uno de los primeros habitantes de esta tierra virtual, al principio como lector en el Puerto Libre y la Marina, después como escritor participante, para finalmente colaborar como tallerista durante muchos años. En todo este tiempo, descubrí junto con queridos amigos ficticianos de letras el duro y placentero arte de la minificción. Y al recibir la generosa invitación para coordinar la Marina, no hubo manera de negarme. Ficticia es sin duda un lugar muy especial para aquéllos que gozan de la lectura y la creación, y que existe gracias al trabajo abundante y desinteresado de toda la gente que lo hace posible: jurados, talleristas, participantes, lectores. Estoy convencido que la forma espléndida en que todas estas personas dan su tiempo y cariño, impregnan de una manera muy particular al sitio, haciéndolo único.

En fin, que no me queda más que invitarlos a continuar esta aventura, aprovechar los vientos y buenos deseos que han dejado en la Marina, y seguir navegando…

Un abrazo.