Las vocales débiles –cansadas de que la A abriera todos los pronunciamientos, de que les fabricase complots con diptongos–, se rebelaron. Crearon sinalefas, diéresis; y acumularon tildes para romper las emisiones de voz.

Fue entonces cuando llegó la E y les soltó a quemarropa:
—¡Cuidado! ¡La que esté libre de vocablo que arroje el primer punto final!
Polluel@
18 de July de 2018 / 20:40
La Asonada 18 de July de 2018 / 20:40
Polluel@
Para la señorita tallerista: 18 de July de 2018 / 20:42
Polluel@
Selección 18 de julio 27 de July de 2018 / 11:43
Carmen Simón
 

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