La ha golpeado hasta cansarse. Aún así le prepara la comida con una sonrisa y le alista los trajes, aunque en su interior crece el rencor y el odio contra su esposo. Desde el fondo de su ser clama por una compañía de la que no la puedan separarla como ocurrió con su pequeño gato Tito y la caniche. Entonces aparecen en su vida Claudine y Titán. Su nueva amiga es una gótica que le gusta usar colmillos falsos y decorar su cabello con una corona de rosas rojas. A su otro amigo le encantan las motos, el sado y las prendas de cuero. Ambos contemplan, agazapados en un rincón, las continuas palizas. Al igual que de su familia, hace tiempo no sabe de ellos, Pero los necesita de urgencia para explicarle a la siquiatra que fueran ellos, aunque la policía la encontró con las cadenas, un cuchillo y la boca manchada con la sangre de él.