La carta
Hola amor,
Yo sé que no me atrevo a decirlo mientras conversamos como siempre. Tanto tiempo de estar jugando a ser y no, y aún no sabes tantas cosas de mi y prefiero escribirlas porque me falta el valor para, siquiera, susurrarlas a tu oído.
Alguna vez te dije que me gusta tu voz, pero tengo que agregar que me gusta más cuando me dices mi amor , tanto que me estremecen todas las posibilidades cuando me preguntas si quiero verte.
Debo decir que a través del tiempo este acompañamiento se ha convertido en una poderosa razón para estar, aunque no hablemos diario, para soñarte sin haberte visto, y para desearte con todo y sin esperar nada.
Intuyo que estamos igual, que también quieres decirme algo que aún no sé, pero creo que no tendré nunca esa certeza. Me gusta imaginar que sonríes cuando te digo hola y que piensas en mi cuando tratas de dormir.
Yo sé que todo esto que te digo es absurdo, que así, a la distancia, no existe nada más que el anhelo de que me quieras. Ni siquiera estoy segura de que te guste lo que verás, pero así son los ideales, ¿no?
Espero que un día podamos sentarnos frente a frente para hablar de todo esto de forma libre, sin presiones ni expectativas, pero mientras ese día llega, yo seguiré queriéndote como a la luna. Te “veré” por la noche y seguiremos jugando.
Te quiero.
P.D. Gracias por leerme.
Yo sé que no me atrevo a decirlo mientras conversamos como siempre. Tanto tiempo de estar jugando a ser y no, y aún no sabes tantas cosas de mi y prefiero escribirlas porque me falta el valor para, siquiera, susurrarlas a tu oído.
Alguna vez te dije que me gusta tu voz, pero tengo que agregar que me gusta más cuando me dices mi amor , tanto que me estremecen todas las posibilidades cuando me preguntas si quiero verte.
Debo decir que a través del tiempo este acompañamiento se ha convertido en una poderosa razón para estar, aunque no hablemos diario, para soñarte sin haberte visto, y para desearte con todo y sin esperar nada.
Intuyo que estamos igual, que también quieres decirme algo que aún no sé, pero creo que no tendré nunca esa certeza. Me gusta imaginar que sonríes cuando te digo hola y que piensas en mi cuando tratas de dormir.
Yo sé que todo esto que te digo es absurdo, que así, a la distancia, no existe nada más que el anhelo de que me quieras. Ni siquiera estoy segura de que te guste lo que verás, pero así son los ideales, ¿no?
Espero que un día podamos sentarnos frente a frente para hablar de todo esto de forma libre, sin presiones ni expectativas, pero mientras ese día llega, yo seguiré queriéndote como a la luna. Te “veré” por la noche y seguiremos jugando.
Te quiero.
P.D. Gracias por leerme.
Monina
05 de June de 2018 / 19:42
05 de June de 2018 / 19:42
Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.