Porra del oído
Estas son mis favoritas
Primer lugar
Día 5. Tallerista: Hechicero
“Fundido a negro”, de Homless
Sobre el campo de batalla solo queda un soldado, cuyo tímpano atraviesa de súbito la última bala perdida. El informe del forense no dejará lugar a dudas: “Apreciándose un único orificio de salida, todo apunta a que el disparo fue realizado desde dentro”. Ahora sí, la guerra ha terminado.
Segundo lugar
Día 6: Tallerista: Daniela Truman
“Solo estelas en la mar”, de Caleidoscopio mágico
El rumor del agua le indica que va por buen camino. Eso y sentir bajo sus pies la humedad justa de la arena firme. Si alguna ola acomete más de lo esperado, levanta sus piernas fuertes y sigue adelante. El viento le opone resistencia, pero él no afloja el paso y respira profundo, llenando sus pulmones con el yodo del aire. Cada tanto, cuando le llega el murmullo de una conversación, se detiene a preguntar “¿en qué playa estamos?”. Más adelante advertirá la música estridente y el olor a crepes de los carribares. Cuando su bastón se tope con una reposera, sabrá que ha llegado al hotel, al fin de su paseo diario. No habrá visto el mar, ni el sol, ni las gaviotas. Tampoco la fascinación con que lo miramos.
Tercer lugar
Día 7. Tallerista: Carlos de Bella (Sapo)
"Desvelo”, de esleongo
Como no podía dormir, puse una concha de mar en mi oído y me zambullí de nuevo en la cama. Escuchar el ir y venir de las olas fue un plácido arrullo; pero al despertar estaba a punto de ahogarme, con el agua hasta el cuello.
Primer lugar
Día 5. Tallerista: Hechicero
“Fundido a negro”, de Homless
Sobre el campo de batalla solo queda un soldado, cuyo tímpano atraviesa de súbito la última bala perdida. El informe del forense no dejará lugar a dudas: “Apreciándose un único orificio de salida, todo apunta a que el disparo fue realizado desde dentro”. Ahora sí, la guerra ha terminado.
Segundo lugar
Día 6: Tallerista: Daniela Truman
“Solo estelas en la mar”, de Caleidoscopio mágico
El rumor del agua le indica que va por buen camino. Eso y sentir bajo sus pies la humedad justa de la arena firme. Si alguna ola acomete más de lo esperado, levanta sus piernas fuertes y sigue adelante. El viento le opone resistencia, pero él no afloja el paso y respira profundo, llenando sus pulmones con el yodo del aire. Cada tanto, cuando le llega el murmullo de una conversación, se detiene a preguntar “¿en qué playa estamos?”. Más adelante advertirá la música estridente y el olor a crepes de los carribares. Cuando su bastón se tope con una reposera, sabrá que ha llegado al hotel, al fin de su paseo diario. No habrá visto el mar, ni el sol, ni las gaviotas. Tampoco la fascinación con que lo miramos.
Tercer lugar
Día 7. Tallerista: Carlos de Bella (Sapo)
"Desvelo”, de esleongo
Como no podía dormir, puse una concha de mar en mi oído y me zambullí de nuevo en la cama. Escuchar el ir y venir de las olas fue un plácido arrullo; pero al despertar estaba a punto de ahogarme, con el agua hasta el cuello.
Malvadisco
24 de April de 2018 / 15:00
24 de April de 2018 / 15:00
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