Él tenía los oídos descompuestos. Pero, entiéndase, no era que estuviese quedándose sordo, porque oír, oía perfectamente, lo suyo pasaba más bien por una cuestión idiomática. Así, por ejemplo, a un simple “Hola, ¿cómo estás?”, nunca sabía qué responder, porque sus oídos se habían encaprichado en traducirle todo al inglés, y de inglés no entendía nada de nada. Le aconsejaron entonces aprender el idioma, pero nunca logró superar el nivel básico. Se sentía condenado a comunicarse para siempre mediante señas o papelitos, hasta que un día aquella estudiante de intercambio, amorosamente, le dijo “Hello, how are you?”, y él pudo oír la frase en perfecto castellano.
Lucía
01 de April de 2018 / 23:16
Selección del día 9: "Hello, how are you?" de Wolf 01 de April de 2018 / 23:16
Lucía
 

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