MutantePorra
Estas son mis favoritas
Primer lugar
Día 9. Tallerista: Lucía Casas Rey
"Cosas que suceden de madrugada", de Anubis
La mujer se levanta para ir al baño y se da de bruces. Y mientras se acaricia el raspón en una de sus rodillas, se percata de que ahora tiene dos pies izquierdos. Prontamente, y como puede, regresa a la cama. Debería hacerse mil preguntas, pero siempre ha sido una mujer insegura, y sólo se pregunta cómo reaccionará su marido al enterarse de semejante novedad. Y, sin dejar de mirarse los pies, llora en silencio. De repente, el marido bosteza y se levanta para ir al baño. Ella se seca las lágrimas y se finge dormida. Entonces oye un golpe. Su esposo ha trastabillado. Él se mira los pies y, como puede, regresa a la cama. Acto seguido, su llanto desbocado inunda la habitación. La mujer lo abraza y le pregunta qué le sucede.
—No sé cómo —dice él—, pero ahora tengo dos pies derechos.
—Y yo, dos izquierdos —dice ella, al tiempo que le enseña los suyos.
Luego, apoyándose el uno en la otra, van juntos al baño.
Segundo lugar
Día 13. Tallerista: Laura Elisa Vizcaíno
"Capullo", de Black dot
El doctor trazó con el bisturí una raya desde la barbilla hasta la pelvis. La sangre se desbordó de la herida. Los médicos que asistían tiraron de la piel que se les resbalaba de los dedos. Luego otro galeno encendió una sierra portátil y cortó a lo largo del esternón. Se suponía que el hombre estaba muerto, pero dentro de su pecho, en lugar de un corazón, batía sus alas una enorme cigarra.
Tercer lugar
Día 18. Tallerista: Carmen Simón
“A los 13”, por Caim Reyes
Comencé a llorar cuando vi a mi mamá. Lo que iba a sufrir cuando se enterara. Ella no entendía y me regañó. Ora qué traes, chamaco. ¿Cuéntame de una vez?
Pero cómo iba a decirle que pronto ya no sería yo. Me transformaría en un animal salvaje, me tendrían de mascota, comería las sobras de la comida que servirían en los cacharros viejos de la abuela y me meterían en una jaula. No pude aguantar más y le dije:
-Estoy lleno de pelos, me estoy convirtiendo en un chango.
Ella puso los ojos en blanco y con un zape en la cabeza, respondió:
-Ya vente comer, no digas tonterías.
Primer lugar
Día 9. Tallerista: Lucía Casas Rey
"Cosas que suceden de madrugada", de Anubis
La mujer se levanta para ir al baño y se da de bruces. Y mientras se acaricia el raspón en una de sus rodillas, se percata de que ahora tiene dos pies izquierdos. Prontamente, y como puede, regresa a la cama. Debería hacerse mil preguntas, pero siempre ha sido una mujer insegura, y sólo se pregunta cómo reaccionará su marido al enterarse de semejante novedad. Y, sin dejar de mirarse los pies, llora en silencio. De repente, el marido bosteza y se levanta para ir al baño. Ella se seca las lágrimas y se finge dormida. Entonces oye un golpe. Su esposo ha trastabillado. Él se mira los pies y, como puede, regresa a la cama. Acto seguido, su llanto desbocado inunda la habitación. La mujer lo abraza y le pregunta qué le sucede.
—No sé cómo —dice él—, pero ahora tengo dos pies derechos.
—Y yo, dos izquierdos —dice ella, al tiempo que le enseña los suyos.
Luego, apoyándose el uno en la otra, van juntos al baño.
Segundo lugar
Día 13. Tallerista: Laura Elisa Vizcaíno
"Capullo", de Black dot
El doctor trazó con el bisturí una raya desde la barbilla hasta la pelvis. La sangre se desbordó de la herida. Los médicos que asistían tiraron de la piel que se les resbalaba de los dedos. Luego otro galeno encendió una sierra portátil y cortó a lo largo del esternón. Se suponía que el hombre estaba muerto, pero dentro de su pecho, en lugar de un corazón, batía sus alas una enorme cigarra.
Tercer lugar
Día 18. Tallerista: Carmen Simón
“A los 13”, por Caim Reyes
Comencé a llorar cuando vi a mi mamá. Lo que iba a sufrir cuando se enterara. Ella no entendía y me regañó. Ora qué traes, chamaco. ¿Cuéntame de una vez?
Pero cómo iba a decirle que pronto ya no sería yo. Me transformaría en un animal salvaje, me tendrían de mascota, comería las sobras de la comida que servirían en los cacharros viejos de la abuela y me meterían en una jaula. No pude aguantar más y le dije:
-Estoy lleno de pelos, me estoy convirtiendo en un chango.
Ella puso los ojos en blanco y con un zape en la cabeza, respondió:
-Ya vente comer, no digas tonterías.
Malvadisco
13 de March de 2018 / 07:21
13 de March de 2018 / 07:21
Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.