Cuando vi a mi mamá, me pude a llorar. Lo que iba a sufrir cuando se enterara. Ella al verme, me comenzó a regañar. Ora que traes, chamaco. ¿Cuéntame de una vez?
Pero como iba a decirle que pronto ya no sería yo. Me transformaría en un ser salvaje, me tendrían de mascota, comería las sobras de la comida y la servirían en los cacharros viejos de la abuela, me meterían en una jaula y cuando me sacaran a pasear usaría collar. No pude aguatar más y le dije: Me estoy llenando de pelos me volveré un chango. Ella puso los ojos en blanco y me dio un zape en la cabeza. Ya vente comer, no digas tonterías.
Caim Reyes
18 de February de 2018 / 16:53
Mascota humana 18 de February de 2018 / 16:53
Caim Reyes
taller 23 de February de 2018 / 18:46
Carmen Simón
 

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