Nadie quiere jugar con Pablito. Los niños corren asustados para alejarse de él, las mujeres cambian de acera tan pronto lo ven. Los perros le ladran cuando pasa cerca de ellos, los gatos huyen despavoridos y los rijosos le gritan que se vaya al circo o al museo o al infierno, “allá estarás mejor”, dicen muertos de la risa. Pablo muy triste corre a su casa se refugia en las vigas del techo en busca de calor. Jura que en cuanto le terminen de salir las alas y el aguijón les mostrara a esos desgraciados los que un mosco adulto puede hacer.
Black Dot
16 de February de 2018 / 18:13
Madurez 16 de February de 2018 / 18:13
Black Dot
Taller 18 de February de 2018 / 11:09
José M. Nuévalos
Taller (2) 18 de February de 2018 / 11:20
José M. Nuévalos
 

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