El cuidador maltrató a su raza con muerte y encierro. Seleccionaba a los individuos más gordos para el sacrificio y extendía sus cadáveres frente al resto del grupo. Al calor de la venganza, las víctimas incubaron, por espacio de varios linajes, los genes durmientes que les dotaran de alguna defensa o arma natural. Hasta que una mañana, el avicultor se encontró con la aterradora sonrisa de sus gallinas.
Malvadisco
15 de February de 2018 / 04:38
Dentición 15 de February de 2018 / 04:38
Malvadisco
Taller 15 de February de 2018 / 21:00
Mónica Brasca
 

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