Atado a la silla y con los pies dentro de la tina llena de agua, sus ojos se abrieron aterrorizados al ver el rostro de los policías. Lo habían sometido al infame pocito; le habían dado descargas eléctricas en los testículos; le arrancaron las uñas de pies y manos, pero él se mantuvo en silencio.

—¡Habla, hijo de puta! —le increpó el gordo al tiempo que le soltaba un puñetazo en la boca del estómago.

—¿Te crees muy duro, muy cabroncito? —preguntó en tono de burla el calvo del bigote.

Juan, que era mudo de nacimiento, negó con la cabeza y esa fue toda su respuesta.
Elisa A.
11 de January de 2018 / 19:43
Selección del 3 de diciembre: "Sesión intensiva", de Black dot 11 de January de 2018 / 19:43
Elisa A.
 

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