El verdugo dio varios golpes sin fortuna y el público, chocando cacerolas y vasos de peltre, lo abucheaba por su falta de pericia. En el paroxismo de la agonía, el condenado giró la cabeza como negándose a sufrir más dolor y, como respuesta a sus oraciones, la testa coronada cayó en la canastilla mientras tísicos e impotentes llenaban los recipientes en busca de sanar sus males con la portentosa sangre de su exrey.
Malvadisco
17 de December de 2017 / 05:37
Vampiros 17 de December de 2017 / 05:37
Malvadisco
Bueno 19 de December de 2017 / 12:06
el aguila descalza
TALLER 19 de December de 2017 / 12:00
el aguila descalza
 

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