Lo vio y supo que era él. No podría olvidar esa cara en lo que le quedara de vida. Lo recordó viéndola como un leopardo en la maleza antes de saltar sobre su presa. Se acordó de la tarde moribunda, el silencio abrumador que cayó sobre el mundo, del rostro cruel y el cuchillo en aquella mano. Volvió a aspirar el olor de la hierba y sintió la mano áspera taparle la boca primero. —Si haces un solo ruido te mato, ¿entiendes perra? —le dijo, mientras le arrancaba la ropa interior.
Ella asintió con la cabeza y se preparó para lo que venía.
Cuando se acercó al tipo, este no la reconoció. Desde aquel día guardaba aquellas tijeras en su bolso, como si fueran un talismán contra el infortunio. Se las enterró en el pecho y mientras el tipo se desangraba le preguntó, —¿te acuerdas de mí?
En las garras de la muerte él hombre solo alcanzo a negar con la cabeza y esa fue toda su respuesta.
Black Dot
16 de December de 2017 / 01:59
Retribución 16 de December de 2017 / 01:59
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