Esta es la que cuenta, mil disculpas. Genios policiacos
Atado a la silla y con los pies dentro de la tina llena de agua, sus ojos se abrieron aterrorizados al ver el rostro de los policías y los cables eléctricos que llevaban en las manos. Tres días llevaba detenido. Lo habían sometido al infame pocito; le había dado descargas eléctricas en los testículos; le arrancaron las uñas de pies y manos; le rompieron los dedos con un martillo, pero él se mantuvo en silencio. ¡Habla hijo de puta! le increpo el sargento Porcino, al tiempo que le soltaba un puñetazo en la boca del estómago. ¿te crees muy duro, muy cabroncito? Le pregunto en tono de burla el policía, pero Juan, que era mudo de nacimiento, solo negó con la cabeza y esa fue toda su respuesta.
Black Dot
07 de December de 2017 / 09:08
07 de December de 2017 / 09:08
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