Cómplices
Aparto la vista del libro y vagabundeo con la mirada. Una niña juega con su muñeca al lado de una señora que habla por teléfono, un grupo de estudiantes se pasan apuntes y machetes, una pareja de abuelos le da de comer a las palomas. Dudo entre retomar la lectura o simplemente disfrutar del sol, cuando vuelvo a mirar a la niña. De uno en uno, le está arrancando los cabellos a su muñeca. La niña ahora mueve los labios y su voz me llega como un susurro. “¡Calva te vas a ver mucho más linda!”, dice. Retorno decididamente a mi lectura, pero el susurro no cesa. “¡Sin deditos, la Manquita te van a llamar!” Doy vuelta la página. “¡A alguien que yo sé le sobran los ojitos!” Comienzo a leer en voz alta, pero otra voz me ahoga las palabras. “¡Ayúdeme, por favor, ayúdeme!”, clama la muñeca. Su voz me recuerda a la de mi hija. Cierro el libro y me dirijo hacia ellas. De un manotazo le arrebató la muñeca a la niña, y la mujer, sin cortar la llamada, me increpa. Trato de explicarle lo que ocurre, pero se niega a escucharme. Un policía interviene y solicita una patrulla. Los estudiantes, la pareja de abuelos y las palomas se arremolinan a mi alrededor. Y aún alcanzo a observar, de cara al piso, cómo la niña y la muñeca se sonríen.
River Song
18 de November de 2017 / 02:25
18 de November de 2017 / 02:25
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