Cuando despertó, no lo encontró a su lado. No podía dormir sin aquel juguete que le permitía conciliar el sueño al instante. Buscó en la cama hasta hallarlo bajo las sábanas. Aliviado, el dinosaurio apretó, entre sus garras, el agujereado cuerpo del escritor.
Malvadisco
12 de October de 2017 / 03:40
Insomnio 12 de October de 2017 / 03:40
Malvadisco
taller 13 de October de 2017 / 16:53
carlos bortoni
 

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