Las animadas reuniones que organizaba los viernes en mi departamento interrumpían el sueño de mi hermosa vecina, cuyos frecuentes gemidos y jadeos me alteraban y no me dejaban dormir mientras fantaseaba. En ocasiones discutíamos acaloradamente sin llegar a ningún acuerdo. Todo cambiaría aquella noche de viernes que preparé una cena gourmet con un buen vino, puse velas en la mesa, música suave y dejé la puerta entreabierta.
el efante
20 de November de 2016 / 05:59
La curiosidad 20 de November de 2016 / 05:59
el efante
 

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