A John le prohibió tener novia y lo obligó a vestir de traje junto al resto de chicos de la banda. En un acto de desafío, el músico se casó y tuvo un hijo. Incansable, Epstein redobló sus atenciones y, en sus cartas, le suplicaba por un poco de esa vitalidad de caderas que derramaba en el escenario. Cuando el representante publicó su biografía, Lennon, con calculada malevolencia, le sugirió de título “El maricón judío”.
Al morir Epstein a causa de una sobredosis, John sintió que por fin comenzaba una nueva vida, libre de aquella presencia omnipresente. Pero al acercarse la siguiente gira, el Beatle no encontraba la chequera para los gastos, ni los pasajes y descubrió que ni siquiera estaban hechas las reservas en el hotel. Horrorizado, le pidió a su mujer un pantalón y una camisa limpios para ir a la compañía. Una adormilada y displicente Cynthia le respondió desde el lecho: ¡Llama a tu Brian!

Mónica Brasca
26 de September de 2017 / 18:13
SELECCIÓN DEL 14-09: “Detrás de todo gran hombre…”, de Malvadisco 26 de September de 2017 / 18:13
Mónica Brasca
 

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