Los jóvenes de 1969, vivíamos bajo el yugo de varias dictaduras, Franco, nuestros padres, los profesores, los grises y las chicas.
El mundo estaba cambiando, los americanos sufrían en Vietnam, el movimiento hippie florecía, la psicodelia avanzaba, los Beatles estaban a punto de desaparecer, mayo del 68 parisino había dejado sembrado en el resto de ciudades una rebeldía en la juventud.
En el Álbum Blanco se añadió en la canción “Revolution 1” las palabras “contar conmigo” por la protesta de sus seguidores.
Los tíos en España hablaban de chicas, de fútbol, de los grises, de la revista “Salut les Copains”, de los pierde paga de los billares, de la mili, de la masturbación y otra vez de las chicas.
Nos empezamos a dejar el pelo largo como esos melenudos de la pérfida Albión y la radio, los cassettes y los vinilos, eran el alimento de nuestros oídos. De nuestros ojos, las películas de Arte y Ensayo.
Fans de Jimmy Hendrix, de Janis Joplin, de Van Morrison, de la guitarra zurda 1960 sunburst Les Paul de McCartney, de la Rickenbacker de Harrison o de la mítica Fender Stratocaster de Hendrix del festival de Woodstock en 1969.
Ese año empecé en la Complutense de Madrid, qué lejos y qué cerca.