Selecciones 7 de Julio con textos completos
Legados de hambre, de Edakos
Nadie come en esta mesa. Nadie duerme en esta cama. Nadie grita en este sótano. Los últimos habitantes de la casa murieron hace años. No saben que están muertos, y que su rutina es completamente inocua para la realidad. Las sobras de una comida fantasmal son muy desabridas. Sus cuerpos fueron roídos hace tiempo ya, y no todos por nosotras. Ahora solo nos queda el aburrido canibalismo entre ratas pulgosas.
La espera, de Carabela
Las hermanas se apostaron en el cruce de caminos en el punto de la aparición. "Apaga la luz", le susurró una a la otra, y con un soplido se apagaron las velas del candelabro. La oscuridad envolvió el lugar, permitiendo apreciar dos luces que se acercaban lentamente hacia ellas. Un ronroneo comenzó a resonar en el aire, transformándose gradualmente en un rugido potente y ensordecedor. Ambas soltaron un grito de terror al sentirse acorraladas por los efluvios que emanaba el espectro. Las dos figuras fantasmagóricas, vestidas con ropajes de otra época, se desvanecieron en el aire con un alarido escalofriante apenas les dio la luz de los faroles del carro.
Al caer la noche, de Black Dot
Me han descubierto. Alguien se asoma a la a la ventana y las cortinas semitransparentes no son suficiente para darme la privacidad necesaria. De nada sirvió que cerrara la puerta con cadena y candado para que no pudiera salir, que me tomara un sedativo para no aullar de dolor, que me quedara dentro de la casa y me desnudara para no dañar mis ropas. Allá afuera los vecinos, con palos y trinches, quieren derribar la puerta y acabar conmigo. Si, en las noches de luna llena yo me convierto en lobo, pero ellos se tornan en monstruos sedientos de sangre.
Nadie come en esta mesa. Nadie duerme en esta cama. Nadie grita en este sótano. Los últimos habitantes de la casa murieron hace años. No saben que están muertos, y que su rutina es completamente inocua para la realidad. Las sobras de una comida fantasmal son muy desabridas. Sus cuerpos fueron roídos hace tiempo ya, y no todos por nosotras. Ahora solo nos queda el aburrido canibalismo entre ratas pulgosas.
La espera, de Carabela
Las hermanas se apostaron en el cruce de caminos en el punto de la aparición. "Apaga la luz", le susurró una a la otra, y con un soplido se apagaron las velas del candelabro. La oscuridad envolvió el lugar, permitiendo apreciar dos luces que se acercaban lentamente hacia ellas. Un ronroneo comenzó a resonar en el aire, transformándose gradualmente en un rugido potente y ensordecedor. Ambas soltaron un grito de terror al sentirse acorraladas por los efluvios que emanaba el espectro. Las dos figuras fantasmagóricas, vestidas con ropajes de otra época, se desvanecieron en el aire con un alarido escalofriante apenas les dio la luz de los faroles del carro.
Al caer la noche, de Black Dot
Me han descubierto. Alguien se asoma a la a la ventana y las cortinas semitransparentes no son suficiente para darme la privacidad necesaria. De nada sirvió que cerrara la puerta con cadena y candado para que no pudiera salir, que me tomara un sedativo para no aullar de dolor, que me quedara dentro de la casa y me desnudara para no dañar mis ropas. Allá afuera los vecinos, con palos y trinches, quieren derribar la puerta y acabar conmigo. Si, en las noches de luna llena yo me convierto en lobo, pero ellos se tornan en monstruos sedientos de sangre.
Sara Coca
09 de August de 2023 / 04:11
09 de August de 2023 / 04:11
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