Su objetivo era reconquistar los territorios otrora sumergidos bajo el agua. Tenía a su favor toda la lluvia que caía sin parar. Con todas sus fuerzas, arrasó las viviendas, los campos de cultivo y se llevó a las personas para cebar a los tiburones. A lo lejos, escapaba una embarcación con refugiados. Intentó volcar la nave para penetrar dentro de los compartimientos y sacar el cargamento de animales: leones, hipopótamos, gacelas, burros,.. que quedarían atrapados en la vorágine, como en un carrusel, dando vueltas sin fin hacia las profundidades marinas. El barco sorteó los embates de las olas y consiguió encallar en un promontorio rocoso que no cubría el mar. Poco a poco, el agua fue bajando de nivel; mientras al arca llegaron las buenas noticias: la paloma con una rama de olivo.