El terrícola
Volábamos unas cometas cuando mi hermano más pequeño me pidió que lo dejara intentarlo. En un descuido, una ráfaga de viento lo elevó por los aires y se lo llevó mientras lo seguíamos hasta que se perdió de vista. Más tarde lo encontramos en el campanario de la iglesia y desde que puso los pies sobre la tierra, no hay poder humano que lo convenza de abordar cualquier cosa que vuele, incluidos los avioncitos de la feria o los columpios.
Serpico
14 de September de 2022 / 09:58
14 de September de 2022 / 09:58
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