tallereo 2. Ok, la paso así
Una mirada al oriente
Cuando se trataba de despedir a un empleado, mi jefe era un experto. Lo observé por varios años y aprendí su técnica, que constaba de hasta nueve opciones, desde cordel hasta ametralladora, pasando por un filosísimo cuchillo. El día que cometí un error me citó en un lúgubre callejón. Después de un breve intercambio de miradas, súbitamente perdió la cabeza y, sin más, se fue al infierno olvidando despedirse. Sorprendido de mi poder de disuasión, enfundé mi katana convertida en la décima alternativa, y bajo la complaciente mirada de la luna, caminé entre el vaporoso aliento citadino hasta zambullirme en el bullicio insomne de aquel barrio noctámbulo.
SaludosPancho Sanza
Cuando se trataba de despedir a un empleado, mi jefe era un experto. Lo observé por varios años y aprendí su técnica, que constaba de hasta nueve opciones, desde cordel hasta ametralladora, pasando por un filosísimo cuchillo. El día que cometí un error me citó en un lúgubre callejón. Después de un breve intercambio de miradas, súbitamente perdió la cabeza y, sin más, se fue al infierno olvidando despedirse. Sorprendido de mi poder de disuasión, enfundé mi katana convertida en la décima alternativa, y bajo la complaciente mirada de la luna, caminé entre el vaporoso aliento citadino hasta zambullirme en el bullicio insomne de aquel barrio noctámbulo.
SaludosPancho Sanza
carlos martín briceño
05 de September de 2022 / 03:52
05 de September de 2022 / 03:52
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