Delirio de persecución, de Bebé

Fui a Heathrow a llevarle su automóvil a James, quien volvía de una misión en el Medio Oriente. Aquella tarde el aeropuerto presentaba una agitación inusual. En el trayecto a la ciudad para reportarnos al MI6, él advirtió que nos seguían tres vehículos negros blindados y varias motocicletas. Tras realizar, sin éxito, algunas maniobras para dejarlos atrás, decidió que el ataque es la mejor defensa y comenzó a dispararles. Pese a que ellos respondieron al fuego de inmediato, James empleó todo su arsenal hasta dejarlos muertos y desperdigados a lo largo de varias calles. Pasado el incidente, notamos un gran despliegue policiaco mientras nos acercábamos al cuartel de la inteligencia británica y, al descender del auto, cientos de armas nos apuntaban. Algo parecía andar mal. Como es su costumbre, él logró escapar mientras a mí me detuvieron para interrogarme. Fue cuando me enteré de que el Primer Ministro y su comitiva habían volado en pedazos al impacto de un misil disparado desde el inconfundible Aston Martin plateado de Bond.

Testigos remotos, de Gesel van God

Dos mil doscientos cuarenta y cinco ojos presenciaron el momento en el que el influencer, que transmitía en vivo desde su celular, fue asaltado y murió de tres tiros. Uno de sus seguidores era tuerto.

El traidor, de Simbad

—Una pregunta, señor juez: Si en mi relato no aparecen el asesino, el muerto ni el arma, ¿sigo siendo testigo?
—Ya no. Se convierte en cómplice o encubridor.
—Ah, entonces sí los vi.
Elisa A.
30 de August de 2022 / 08:20
Selección del día 18, a falta de una mini que no sé si llegará. 30 de August de 2022 / 08:20
Elisa A.
 

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