Empecemos pues...

Imagino que la mujer, al escuchar lo que dice el relato, no se quedaría quieta aun en su ceguera, sino que buscaría cómo defenderse o protegerse del intruso agresor. Confío en que esta nueva versión te parezca menos disonante. 

La vieja escuchó los ruidos, el forcejeo, los gritos, un golpe seco, los quejidos de su marido y después, nada. Esperaba no haber sido vista en aquella oscuridad. El asesino se le acercó sigilosamente mientras ella, escondida en sus tinieblas, buscaba con las manos algún objeto para defenderse. Después de limpiarlo, el hombre dejó el pesado candelabro sobre la mesa sin hacer ruido, dio media vuelta y salió por la ventana abierta. La habría matado también, pero la ceguera garantizaba su silencio.

Espero tu opinión. Saludos