Desde hace una semana, Felipe sueña con una fábrica abandonada y escucha quejidos. Al fin, después de la misma escena onírica, ve un nombre despintado en el viejo edificio. Lo busca por internet y, al encontrarlo, crece el misterio, su ánimo se inquieta y decide ir en esa dirección. Al llegar al lugar encuentra un par de cadáveres putrefactos envueltos en plástico. Luego escucha los quejidos de una persona y se dirige hacia ellos: hay una mujer amarrada a un poste y con cinta adhesiva en la boca. La desata y, al oir pasos, le dice que huya. Se esconde detrás de unos barriles. Un tipo lo sorprende y le apunta con una pistola, le pregunta dónde está la chica. Al no responder, el sujeto lo amarra al poste, deja un reloj con la señal, y le cubre la boca. Luego sale a rastrear a la muchacha, dejando a Felipe con la esperanza de que otro lo sueñe a él. Suena la alarma, alguien despierta y busca por internet el edificio abandonado y decide ir en esa esa dirección.
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Por aquí decimos "poner la alarma al reloj" o "activar la alarma". Eso de "un reloj con la señal", nunca lo he oído.
El título de "El asesino serial de los durmientes" creo yo que le resta impacto a la sorpresa final ¿verdad?
Espero no haberme equivocado con sus apuntes, Aben.

Lo espero.