El atestado ascensor se detuvo y nos quedamos a oscuras. Inmediatamente después se escuchó el sonido sordo de un disparo con silenciador y percibimos cuando el cuerpo de alguien que iba en medio cayó muerto. La histeria se apoderó de todos. La luz se restableció momentos más tarde, pero, al igual que la cabina, permanecimos inmóviles mientras nos volteábamos a ver unos a otros sin atinar a qué hacer, sabiendo que había un asesino entre nosotros. Alguien llamó a la policía con su teléfono mientras otro pedía auxilio a través del intercomunicador. Una mujer gritó al descubrir la pistola tirada en el piso y una anciana, que iba acompañada de su simpática nieta, sufrió un ataque de nervios antes de desmayarse.

Cuando nos rescataron, la viejecita —quien apenas podía caminar— recibió atención médica y fue llevada, junto con la pequeña, a su casa, donde declararían, mientras que a los demás nos condujeron a la comisaría en calidad de sospechosos y testigos. Al día siguiente nos enteramos de que, durante la noche, la cándida Eréndira y su abuela desalmada habían desaparecido sin dejar rastro.
Lafitte
19 de August de 2022 / 20:45
Destino desconocido 19 de August de 2022 / 20:45
Lafitte
Seleccionado 21 de August de 2022 / 10:34
Eliana Soza
Me alegra, Gracias 25 de August de 2022 / 00:13
Lafitte
 

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