Los especialistas forenses se presentaron en el lugar de los hechos para investigar aquella extraña muerte. Interrogaron a los testigos y hasta a quienes habían estado cerca o pasaban por ahí. Sospechosamente, nadie supo decir quién, cómo, cuándo, ni por qué. Lo cierto es que el cadáver mostraba tantas huellas que era imposible discriminarlas. Tras la autopsia de rigor, y ante la imposibilidad de identificar a sus familiares, la víctima fue sepultada en la fosa común. Desde entonces, cada quien conserva una reliquia de la difunta y cuenta su propia versión de la realidad.
Pseudónimo
18 de August de 2022 / 20:36
Fuenteovejuna 18 de August de 2022 / 20:36
Pseudónimo
Taller 19 de August de 2022 / 13:47
Elisa A.
Taller 19 de August de 2022 / 13:47
Elisa A.
 

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