Diego llegó a casa, antes de lo habitual, cegado por los celos porque su esposa no le contestaba el celular. Al discutir con ella lo hacía con un revólver en la mano. Comenzaron un forcejeo y el arma se disparó matando a la joven. Él, asustado, llevó el cadáver al baño y lo envolvió en una cortina de plástico. Después de unos minutos llamó por teléfono a Rafael, su mejor amigo, quien también era su vecino, pero no le contestaron. Luego fue a tocarle la puerta y Rafael le abrió y preguntó "¿Qué pasa, hermano?" Diego, después de contarle la tragedia, le pidió que le ayudara a deshacerse de la muerta, a lo cual su amigo accedió y subió dos palas a su auto. Cuando subieron el cuerpo al coche del homicida, Rafael lo siguió para evitar sospechas. Ya en el bosque, hicieron un hoyo y, al echar el cadáver, dijo Diego "vete, yo me encargo de enterrarla". El otro asintió y, al dirigirse a su auto, Diego añadió -pistola en mano-: "olvidaste tu celular en mi armario, Rafita, tómalo".
Tristan
10 de August de 2022 / 20:51
Testigo digital 10 de August de 2022 / 20:51
Tristan
Prueba otro día... 11 de August de 2022 / 03:57
Tomás del Rey
 

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