Difícil de matar
La vida se había vuelto demasiado monótona para Jerónimo. Cada día era igual al anterior. Solo la emoción del acecho nocturno, de la cacería de aquel asesino que había sembrado el terror en la ciudad y de la adrenalina a tope, era lo único por lo que valía la pena vivir. No se explicaba cómo aquel maestro del disfraz cambiaba de apariencia y reaparecía unos días después de haberlo matado él mismo con el cuchillo, su arma predilecta, ese silencioso y leal colaborador que ya había atestiguado su muerte veinte veces antes.
Serpico
10 de August de 2022 / 14:35
10 de August de 2022 / 14:35
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