Cuando Ramón escuchó ruidos en la sala de su casa, sacó su pistola de la gaveta y bajó con cuidado; en la oscuridad sintió que alguien le aprisionó el cuello y ambos forcejearon en el piso. El ladrón le arrebató el arma y sin pensar, disparó. Allí mismo quedó el delincuente sin vida y Ramón con una sonrisa gratificante y asustada pensó: "Qué bueno que mandé a hacer esa pistola que dispara a la inversa".
Héctor
08 de August de 2022 / 15:35
El tiro por la culata 08 de August de 2022 / 15:35
Héctor
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Héctor
 

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