La loca

Te trajeron aquí porque estabas condenada. Representabas cosas que incomodaban a otros; encorajinaba oírte afirmar que lo que decías no era mentira :
—Todo lo contrario, no miento, no me vendo, no tengo precio.
Pero sabíamos que eso era imposible. Todo lo que proclamabas era peligroso y subversivo. Escucharte traía mala suerte; aquellos que lo hacían aparecían muertos o, de plano, se desvanecían en el aire como víctimas de un siniestro acto de magia.
Te atendemos, te damos medicamentos para hacerte la vida llevadera. Cuando t e levantas del rincón, donde te hacemos pasar desapercibida, mandamos a los enfermeros; ellos te ayudan, te envuelven en cobijas, t e inyectan un soporífero y te sujetan a su cama. Ahí, calladita, te quedas, confundida sí, pero sin dejar de ser la Verdad.

Observe su versión y la mía. Puede cambiar palabras si el ritmo se lo pide. Cuide la concordancia y faltas de ortografía.
Recuerde que tú no lleva tilde si es posesivo.