El hallazgo de un peligroso virus genéticamente manipulado, prisionero del hielo ártico y datado en más de quince mil años me hizo pensar en presencia extraterrestre en el pasado remoto, en culturas antiguas con sorprendentes conocimientos y tecnología que se perdieron por razones desconocidas, o en viajes transdimensionales en el tiempo. En realidad, tal idea era el fruto de mi imaginación mientras reflexionaba sobre las verdades que no conocemos. La noticia de un descubrimiento así provocaría el caos y sería una falsedad, al menos hasta ahora. Mañana podría ser cierta.