El viejo juguetero se retiró a esa aldea remota, lejos de la tecnología que quebró su negocio. A pesar de no ver ni computadoras ni celulares que tanto gustaban a los niños de ahora, tampoco encontró ni siquiera una simple muñeca entre las chicas del pueblo. Pensando en revitalizar su oficio, construyó una muñeca con los rasgos de Marilyn Monroe y las curvas de Michelle Pfeiffer, y se la regaló a la primera niña en pasar. La chiquilla daba gritos de felicidad. El hombre quedó a la espera de que se corriera la voz y llegarán los pedidos. La verdad se le reveló en forma de una lluvia de piedras. La primera de parte de aquella niña a la que se le concedió ese honor por haberlo denunciado ante la autoridad religiosa por el delito de fabricar imágenes.
Carabela
16 de July de 2022 / 23:34
El pecado 16 de July de 2022 / 23:34
Carabela
COMENTARIO - Taller 17 de July de 2022 / 12:18
José M. Nuévalos
 

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