Rutina
—¿De veras quieres eso, perra condenada? Eres insaciable.
Ella pareció asentir de inmediato y, en actitud retadora, se plantó frente a él, agitada. El hombre tomó la correa, la puso alrededor de su cuello y la sujetó con fuerza.
—Sabes bien que me has tomado la medida y te aprovechas, desdichada, pero te quiero.
Mientras él tomaba aliento, ella dio un tirón más fuerte que de costumbre y casi lo tira al piso. La contuvo y continuó:
—También sabes que haría eso y más por ti, Laika —dijo con cariño mientras introducía lentamente la llave para abrir la puerta. Era la hora de dar la vuelta habitual por el parque.
Ella pareció asentir de inmediato y, en actitud retadora, se plantó frente a él, agitada. El hombre tomó la correa, la puso alrededor de su cuello y la sujetó con fuerza.
—Sabes bien que me has tomado la medida y te aprovechas, desdichada, pero te quiero.
Mientras él tomaba aliento, ella dio un tirón más fuerte que de costumbre y casi lo tira al piso. La contuvo y continuó:
—También sabes que haría eso y más por ti, Laika —dijo con cariño mientras introducía lentamente la llave para abrir la puerta. Era la hora de dar la vuelta habitual por el parque.
Pitágoras
16 de July de 2022 / 17:25
16 de July de 2022 / 17:25
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