La verdad sea dicha
—Mejoraremos la vida de los humildes —prometí.
—Voy a crear mejores condiciones para la clase media —ofrecí.
—Promoveremos la dignidad sin afectar los intereses de los grandes capitales —exclamé.
—Ningún niño se quedará sin educación y todos tendrán derecho a los alimentos que necesita para desarrollarse sanos y plenos —Grité.
La gente me vitoreaba, las pancartas con mi nombre se extendían por donde se viera. Algunas mujeres cargando a sus niños se acercaron a mí, hombres con la piel curtida por el sol. Su olor era insoportable, quizás porque en esos lugares donde andaba de campaña el agua no llegaba y bañarse era un lujo o tal vez porque era sucios. ¡Aguanté como los más bragados! A nadie le importan los miserables. Lo único que me mantuvo en ese lugar fue la cantidad de dinero que me iba a robar siendo elegido y que me aseguraría un futuro sin fingir preocupación por los humildes, los niños o la dignidad de otros.
—Voy a crear mejores condiciones para la clase media —ofrecí.
—Promoveremos la dignidad sin afectar los intereses de los grandes capitales —exclamé.
—Ningún niño se quedará sin educación y todos tendrán derecho a los alimentos que necesita para desarrollarse sanos y plenos —Grité.
La gente me vitoreaba, las pancartas con mi nombre se extendían por donde se viera. Algunas mujeres cargando a sus niños se acercaron a mí, hombres con la piel curtida por el sol. Su olor era insoportable, quizás porque en esos lugares donde andaba de campaña el agua no llegaba y bañarse era un lujo o tal vez porque era sucios. ¡Aguanté como los más bragados! A nadie le importan los miserables. Lo único que me mantuvo en ese lugar fue la cantidad de dinero que me iba a robar siendo elegido y que me aseguraría un futuro sin fingir preocupación por los humildes, los niños o la dignidad de otros.
Black Dot
15 de July de 2022 / 05:29
15 de July de 2022 / 05:29
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