El maestro Zen comenzó a dar un sermón en el patio del templo:
-Quien ha recorrido camino, sabe cuánto cuesta dar un paso;
quien ha dado un paso, ignora cuán largo es el camino.
-Grande, maestro, grande- dijeron todos los del patio.
De repente, preguntó el maestro:
-¿Quién fue la bestia que puso sus sandalias a secar en esa rama del árbol?
Los sesenta discípulos permanecieron en silencio por algunos segundos, hasta que uno de ellos dijo:
-Fui yo, maestro- el muchacho se levantó y corrió a descolgar las sandalias, cuando dijo el maestro:
-Ese árbol es sagrado...ese ser viviente es toda poesía, es como si fuera mi alter ego- y cuando vio que el monje iba a quitar las sandalias, replicó:
-Esas no, bruto, esas son las mías...las tuyas están en la otra rama.
Héctor
08 de July de 2022 / 01:03
El jefe siempre tiene la razón 08 de July de 2022 / 01:03
Héctor
Taller (seleccionada) 09 de July de 2022 / 04:44
Tequila
 

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