A la Porra!!!
Existencia fugaz
Murata
Mi oficio de hombre-mosca me ha hecho reflexionar con frecuencia sobre la efímera vida de los insectos que imito. Me dan lástima. Salvo por su habilidad para adherirse a cualquier superficie, no creo que exista nada más inútil y absurdo que ellos. Aquel día de septiembre, mientras subía por la pared del enorme edificio neoyorkino, me pregunté si podrían existir seres que superaran su intrascendencia y estupidez. La aeronave que se aproximaba a mis espaldas me daría la respuesta unos segundos más tarde.
Pueblo fantasma
Simbad
Cuando el tiempo dejó de tener significado, nadie volvió a darle cuerda al reloj del campanario. El último habitante, tras cerrar las puertas del negocio por falta de clientela, se enfundó en su túnica, tomó la guadaña y emigró a otras tierras.
El pacto
Carabela
En el cruce de caminos, le vendió el alma a Satanás con tal de que le concediera el deseo de ser el mejor “blues man”. Lo habían echado de bares y otros antros de diversión por ser un mediocre con la guitarra. “No me alcanzará toda una vida para aprender a tocar”. El diablo detuvo las manecillas del reloj. “Ahora tenemos todo el tiempo del mundo: te enseñaré a tocar. Seré tu maestro”. El músico practicó hasta conseguir tal destreza como si hubiera ensayado por doscientos años. Gracias a su nueva habilidad, obtuvo dinero, mujeres y ser reconocido por los que antes lo despreciaban. Aunque las sospechas se cernieron sobre él otrora guitarrista sin talento. Se aseguraba que detrás del músico se alzaba una sombra diabólica en cada concierto. Cumplida su parte del trato, el demonio quiso cobrarse la deuda. Al abrir la presa de sus garras, dejó escapar el tiempo retenido que cayó de golpe sobre el músico que envejeció en un instante y murió sepultado bajo el peso de los segundos, los minutos y las horas.
Murata
Mi oficio de hombre-mosca me ha hecho reflexionar con frecuencia sobre la efímera vida de los insectos que imito. Me dan lástima. Salvo por su habilidad para adherirse a cualquier superficie, no creo que exista nada más inútil y absurdo que ellos. Aquel día de septiembre, mientras subía por la pared del enorme edificio neoyorkino, me pregunté si podrían existir seres que superaran su intrascendencia y estupidez. La aeronave que se aproximaba a mis espaldas me daría la respuesta unos segundos más tarde.
Pueblo fantasma
Simbad
Cuando el tiempo dejó de tener significado, nadie volvió a darle cuerda al reloj del campanario. El último habitante, tras cerrar las puertas del negocio por falta de clientela, se enfundó en su túnica, tomó la guadaña y emigró a otras tierras.
El pacto
Carabela
En el cruce de caminos, le vendió el alma a Satanás con tal de que le concediera el deseo de ser el mejor “blues man”. Lo habían echado de bares y otros antros de diversión por ser un mediocre con la guitarra. “No me alcanzará toda una vida para aprender a tocar”. El diablo detuvo las manecillas del reloj. “Ahora tenemos todo el tiempo del mundo: te enseñaré a tocar. Seré tu maestro”. El músico practicó hasta conseguir tal destreza como si hubiera ensayado por doscientos años. Gracias a su nueva habilidad, obtuvo dinero, mujeres y ser reconocido por los que antes lo despreciaban. Aunque las sospechas se cernieron sobre él otrora guitarrista sin talento. Se aseguraba que detrás del músico se alzaba una sombra diabólica en cada concierto. Cumplida su parte del trato, el demonio quiso cobrarse la deuda. Al abrir la presa de sus garras, dejó escapar el tiempo retenido que cayó de golpe sobre el músico que envejeció en un instante y murió sepultado bajo el peso de los segundos, los minutos y las horas.
Alux
30 de May de 2022 / 23:45
30 de May de 2022 / 23:45
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