Se había quedado abierto el grifo de la bañera, el tapón cayó sobre el desagüe y el agua fue subiendo hasta rebosar, arrastrando al patito de goma. El desbordamiento lo dejó caer al suelo y la corriente lo llevó por el cuarto de baño y pasillo hasta el salón, desde donde cayó por las escaleras al jardín. Los aspersores lo empujaron a la alberca, por el salidero de riego llegó al arroyo y de ahí, arrastrado por la corriente del río a su desembocadura.
Un fuerte viento de levante lo liberó de los juncos de la orilla, lo subió a las copas de los pinos y lo arrastró hasta el tejado de la vieja fábrica de juguetes donde, por fin, pudo reunirse con sus hermanos.
Crispín
19 de June de 2017 / 06:01
Peregrinaje 19 de June de 2017 / 06:01
Crispín
 

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