Fielino
Al despertar, un olor a incienso se cuela por las hendiduras donde están puestos los herrajes. Se acomoda al sentir que lo trasladan a un lugar desconocido. Luego siente el perfume de las flores, el olor de la lluvia y el sopor de aquel refugio ingrato.
Se rasca la cabeza, mueve el cuello intentando zafar el corbatín que le molesta. Permanece en silencio, agazapado sobre un forro de espuma. Escucha gimoteos y maúlla. La falta de oxígeno lo inquieta. Sigue maullando, pero afuera un coro de lamentos opaca su llamado.
Al llegar a casa, María echa de menos al gato que siempre permanecía a los pies de su difunto padre.
Se rasca la cabeza, mueve el cuello intentando zafar el corbatín que le molesta. Permanece en silencio, agazapado sobre un forro de espuma. Escucha gimoteos y maúlla. La falta de oxígeno lo inquieta. Sigue maullando, pero afuera un coro de lamentos opaca su llamado.
Al llegar a casa, María echa de menos al gato que siempre permanecía a los pies de su difunto padre.
Orlando Guevara
01 de May de 2022 / 05:50
01 de May de 2022 / 05:50
Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.