Un día en el que un viento huracanado revolvía el mar endiabladamente, el pececito se animó a probar una y otra vez, hasta que logró salir a la superficie impulsado por un torbellino que lo elevó y lo elevó en espiral hacia la copa; entonces cerró sus ojitos y mantuvo las aletas plegadas. Instantes después, frenado el ascenso, empezó a descender. Entonces lo hizo. Desplegó las aletas...y voló. Voló como un alegre colibrí.

En vuelo, sobre su misma trayectoria, una gaviota ansiaba un pajarillo cubierto de escamas.
Héctor
14 de March de 2022 / 05:59
El pececito volador 14 de March de 2022 / 05:59
Héctor
Taller 15 de March de 2022 / 04:13
Mónica Brasca
 

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