Tino, el niño con cara de árbol, amaba platicar con sus amigos. Cuando era pequeño, todos lo amaban, pero cuando creció, comenzaron a burlarse de él. Triste, abandonó la escuela. Desde entonces en noches de luna, Tino salía a escondidas y se iba al río a platicar con ella. Jaime, su único amigo, no tenía permiso para salir con él, así que se conformaba con despedirlo desde su ventana.

Una de esas noches al ver que pasaban las horas y Tino no regresaba, Jaime decidió ir a su encuentro. Observó de lejos que Tino se encontraba platicando con la luna. Acercándose a unos metros, vio cómo sobre la nariz de Tino se posó una mariposa. De repente en un instante fugaz, Tino miró hacia donde estaba Jaime; sin saber qué decir; Jaime se acercó un poco más pero también se quedó sin palabras.
Tino comenzó a llorar. Fue tanto su llanto que el suelo comenzó a hundirse, y de sus pies, nacieron raíces. El rostro de Tino se iluminó y ramas verdes nacieron de todo su cuerpo. Tino cerró sus ojos de forma dolorosa y de su pecho emergió una ave hermosa que desplegó sus alas, alzó el vuelo y dejó tras de sí un árbol hermoso.

Algunos dicen que Tino vive en la lejanía. Yo sé que amó tanto a sus amigos, que les dejó una parte de su corazón en un árbol hermoso.
Cuando visites un río, procura acudir en noches de luna, acércate al árbol que más te guste y dile: Hola, Tino… ¿Me enseñas a platicar con la luna?
Kimer Ed
12 de March de 2022 / 02:04
LA VENTANA 07 de March de 2022 / 01:11
Kimer Ed
Comentario 09 de March de 2022 / 03:18
Julia Ortega
Cierto¡¡¡ 11 de March de 2022 / 00:56
Kimer Ed
Gracias a ti 11 de March de 2022 / 12:03
Julia Ortega
Tino, el Niño con Cara de Árbol. 12 de March de 2022 / 02:04
Kimer Ed
Comentario 13 de March de 2022 / 03:44
Julia Ortega
 

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