La Biblia nada refiere sobre la afición de Noé por los patitos de goma. El patriarca, según la tradición oral, se dio mañas para colar en el Arca y esconderlos en un compartimiento secreto, no una pareja de amarillos hembra y macho, sino toda su colección que llegaba a más de 1.000. De ahí que esta generación de ánades no se haya extinguido y se haya reproducido exponencialmente, a tal punto que hoy día surcan los cielos y pululan en las calles, buses, ascensores, casas, parques, iglesias, teatros y hospitales de todo el mundo. Ya no hay cupo en los escaparates de todas las tiendas y llueven las promociones “Pague 1 y lleve 5”.