Correcciones. Le di una suoer vuelta con otro final e intención.
A ver qué tal quedó.
Bichos
Le dijo que estaba vieja y fea, que ni siquiera podía servir un café con la gracia de antaño. Para sustituirla, ya tenía una bella jovencita rubia. Entre lloriqueos, ella se negó a dejarlo. Él siguió insultándola con saña en público; la desnudaba con cada palabra. Con el pasar de los años y los embarazos, la grasa se había depositado en sus curvas hasta atascarlas y perdió la lozanía de su piel; esa adiposidad y esas arrugas que ella ocultaba con maquillaje y fajas, él las exponía con sucios epítetos frente a una clientela que los eligió por ser un lugar elegante y de calidad. Tomó la talla de bronce para las alimañas y aplastó cada uno de los improperios, como si fueran cucarachas.
Al llegar la policía, la empleada balbuceaba sobre el cese del contrato y les sirvió un café para que se llevaran una bolsita con las esquirlas del cráneo del dueño del cafetín.
Bichos
Le dijo que estaba vieja y fea, que ni siquiera podía servir un café con la gracia de antaño. Para sustituirla, ya tenía una bella jovencita rubia. Entre lloriqueos, ella se negó a dejarlo. Él siguió insultándola con saña en público; la desnudaba con cada palabra. Con el pasar de los años y los embarazos, la grasa se había depositado en sus curvas hasta atascarlas y perdió la lozanía de su piel; esa adiposidad y esas arrugas que ella ocultaba con maquillaje y fajas, él las exponía con sucios epítetos frente a una clientela que los eligió por ser un lugar elegante y de calidad. Tomó la talla de bronce para las alimañas y aplastó cada uno de los improperios, como si fueran cucarachas.
Al llegar la policía, la empleada balbuceaba sobre el cese del contrato y les sirvió un café para que se llevaran una bolsita con las esquirlas del cráneo del dueño del cafetín.
Carabela
20 de January de 2022 / 10:17
20 de January de 2022 / 10:17
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