La ciudad se construyó sobre un enorme lago. Una delgada e impermeable membrana sirvió de asfalto; en el centro se erigió un gran obelisco desde donde nacían veredas diagonales que finalizaban en puntas, las cuales, al unirlas, marcaban un heptágono perfecto.
La humedad y las constantes lluvias mantenían la superficie en calma, pero tras siglos de devastación contra la naturaleza, ambos fenómenos comenzaron a cesar.
Los primeros habitantes en presenciar la catástrofe vivían en las orillas. Casas y edificios se derrumbaban en una danza uniforme. Todo regresaba a su origen.
Daniboy
19 de May de 2017 / 23:07
Cimientos 19 de May de 2017 / 23:07
Daniboy
 

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