Eficiencia
La turba de gente lo acorraló en el edificio. Al grito de “Aquí está el monstruo”, se sumaron más exempleados con antorchas. No tenía escapatoria. Ni siquiera quiso dialogar con esas criaturas de caras embarnudadas con tinta y atravesadas las mejillas con pasadores de corbata. Desconectó sus circuitos de dolor que titilaron por última vez antes de apagarse. Fiel a su programación, el robot continuó realizando el cálculo de las liquidaciones. Podía trabajar por cien profesionales, justamente como ese número de contables y administradores despedidos la semana anterior que, en ese momento, le prendían fuego a la empresa.
Carabela
20 de December de 2021 / 05:26
20 de December de 2021 / 05:26
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