Ya estaba cansado de que lo tacharan de practicar la pedofilia por interceptar a niñas inocentes en el bosque; de ser señalado como aspirante a necrófilo por acosar a famélicas abuelas enfermas, sin mencionar su hartazgo por las constantes burlas de sus colegas por jugar a las escondidillas con los leñadores; ocupaciones que, además de aburridas, ya habían conseguido que su reputación de lobo feroz anduviera por los suelos. Algo debía hacer y fue por esas fechas cuando se le ocurrió la idea de unirse a “Los bandidos de Río Frío”. Insatisfecho con los resultados por las constantes pugnas internas, fundó poco después la banda “Los de abajo” que ahora arrasa en la región, tocando en fiestas, bodas y mítines políticos con sus éxitos más recientes: “Aura”, “Agua quemada” y “Cambio de piel”