Mientras duró la cuarentena me dediqué a escribir cuentos breves todos los días. Minificciones les llaman algunos. Yo prefiero llamarles minirealidades. Probablemente serán parte de la historia en unos años. Su lectura dará cuenta de la realidad que vivimos esos meses y cómo el encierro ataca a la mente como el virus a los pulmones.

Pero ahora que leo a Gogol, me invade una profunda paz interior. Es tranquilizante saber que no soy el único que se ha vuelto loco.
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19 de November de 2021 / 05:40
Diario de un loco 19 de November de 2021 / 05:40
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Taller 19 de November de 2021 / 19:33
Elisa A.
 

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